jueves, 2 de octubre de 2014

¿Cómo se hace? Découpage: fondos y acabados III

Pues bien, último jueves de Découpage! Y es que hoy damos por finalizada nuestra querida sección "¿Cómo se hace?". La semana pasada ya os anunciamos que del apartado Fondos y Acabados, nos quedaba por ver los Acabados. Pues vamos a ello!
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Cuando decoramos una pieza con la técnica del Découpage, tenemos la opción de dejarla tal cual, tan solo dándoles unas manos de barniz para proteger el papel y el trabajo en su conjunto. Pero también es cierto que en el mundo de las manualidades, existen una serie de técnicas que le dan a nuestros proyectos un acabado más sofisticado o mejor trabajado si cabe. En nuestra sección veremos dos de ellos que, además, son combinables entre si; estamos hablando del craquelado y de la pátina o veladura. No son técnicas propias de Découpage, sino de las manualidades en general, por lo que también podréis aplicarlas a cualquier proyecto que se os ocurra. Empecemos por la técnica del craquelado. 

El craquelado es un fenómeno de deterioro común en pinturas antiguas. Consiste en la aparición de grietas, que en los casos más graves llegan a fragmentar la capa de pintura y desembocar en su desprendimiento. Este signo de envejecimiento se suele imitar en muebles y pinturas para darles apariencia antigua.

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Dentro de los acabados es uno de los más comunes, prácticos y fáciles de realizar. Se reproducen las finas grietas que se forman a menudo en la superficie de viejas pinturas al óleo, lozas antiguas y muebles ajados por el paso del tiempo. Sobre un découpage, la trama de las grietas puede unir estéticamente el conjunto de elementos recortados.
El craquelado se produce naturalmente por la contracción gradual y dispareja de las distintas capas de pintura. Colocando una capa de base sintética (secado lento) y otra encima de pintura de base acuosa (secado rápido) obtendremos este efecto. La pintura sintética seca lentamente generando tensiones superficiales durante un lapso de tiempo mayor; por esto, la capa de pintura superior, que es acrílica y secó rápidamente, se resquebraja siguiendo los movimientos de las tensiones de la pintura de base.
Para avejentar una superficie podemos recurrir a un preparado de tipo casero o a los productos elaborados especialmente para lograr este efecto: 'craquepadores'. El resultado óptimo de éstos depende de que sigamos al pie de la letra las especificaciones de cada fabricante. Son, en algunos casos, productos muy sensibles al calor y a las corrientes de aire, los cuales modifican el tamaño de las grietas.
Tipos de Craqueladores
Si bien es posible craquelar a partir de cola vinílica y látex, hoy en día existen en el mercado productos específicos para realizar esta técnica. Podemos encontrar dos variantes:
  1. Craquelador de un paso o de un componente: 
Este tipo de productos se aplican en general entre dos colores contrastantes, por ejemplo:
  • Base acrílico color natural / secar.
  • Aplicación de barniz craquelador tratando de no superponer material.
  • Aplicación de acrílico oscuro con pincel o con esponja y dejar secar. Se puede acelerar el proceso de secado por medios mecánicos con calor tibio sobre el trabajo a una distancia de no menos de 25 cm.


En forma casera, el craquelador de un componente puede reemplazarse por el efecto que produce una capa generosa de cola vinílica. En ambos casos, la dirección de las pinceladas aplicadas en la capa intermedia serán las que definirán el sentido de las grietas.

    2.   Craquelador de dos pasos o de dos componente
Estos craqueladores son aptos para craquelar bases, pinturas y láminas porque son traslúcidas. Por ejemplo:
  • Aplicamos una o dos manos del primer componente. Mientras más capas, más grandes serán las grietas, dejando secar a tal punto que al tacto con los dedos tenga una pequeña adherencia.
  • Se aplica el segundo componente que al secar produce el efecto deseado.



Un método casero para realizar este tipo de craquelado sin usar productos dañinos:
  • 1 mano de goma laca / secar.
  • 1 capa de cola vinílica / secar.
  • 1 mano de goma arábiga.

Como terminación, en el caso de utilizar colores contrastantes para craquelar, el efecto queda evidente sin la aplicación de otros elementos para destacarlo.
En el caso de utilizar el craquelador de dos componentes, las grietas quedan transparentes, pero podemos destacarlas con una pátina al óleo, al agua o betún de judea. En cualquier caso, una vez que el craquelado ha terminado es conveniente dejarlo reposar durante una hora antes de esta aplicación. Cuanto más grueso sea el barniz de base, más anchas serán las grietas. Con una base fina de barniz, lograremos grietas finas.
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Pues bien, sin quererlo, ya habéis visto como ambas técnicas son combinables. No obstantes no es necesario craquelar para poder aplicar una pátina. Vamos a verlo.
Una pátina es una capa semitransparente que se aplica a un soporte después de acabado. El patinado es un proceso válido para cualquier tipo de terminación en madera u otro material, como el hierro o forja. 
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Las pátinas son un recurso decorativo muy antiguo que se comenzó a usar para disimular el acabado final de los muebles realizados en maderas poco nobles . O sea, no es una moda pasajera ni un recurso nuevo. A día de hoy, una pátina puede darse por varios motivos:
-Dar al mueble un aspecto más antiguo y suave.
- Conseguir resaltar las tallas y molduras, destacando las partes salientes y oscureciendo las entrantes, lo que aporta riqueza de texturas, aunque el material base no sea excelente.
- Disimular las imperfecciones. Ocultará tanto los defectos de la madera o hierro como del trabajo que hayas hecho con él.
Las pátinas pueden ser naturales o artificiales. Las naturales se producen debido a que se oxidan las pinturas y otros componentes. Los muebles envejecen, se van craquelando, cambian su color, literalmente "se ensucian". Sin embargo, esta degradación logra un acabado cuyo resultado, en muchos casos, es único y estéticamente bello. Las artificiales parten de productos clásicos como la cera, el betún de Judea, los óleos y los acrílicos
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Por lo general el producto escogido es la cera en pasta, ya sea incolora o preferentemente del color elegido, respetando que sea más oscuro que el color de base para obtener un buen acabado. La cera puede ser enriquecida mezclándola con óleos u otros pigmentos oleosos o secos, no acuosos. La estrella en este paso es el betún de Judea, debido a su económico precio y a la facilidad de obtención.

Para aplicar la pátina la esparcimos con un trapo, dejamos fijar unos instantes, y comenzamos a retirar el excedente. Para no provocar manchas demasiado oscuras, iremos aplicando la técnica en pequeños sectores. Para retirar la pátina de manera adecuada iremos utilizando trapos de algodón suaves, que no dejen pelusas ni vetas marcadas, y siempre utilizaremos trapos o sectores del trapo que estén limpios. Intentaremos que los huecos o los sectores más profundos queden más impregnados de pintura, para realzar el efecto de la pátina. Finalmente, una vez finalizado el trabajo, dejaremos secar adecuadamente, por hasta 2 días. Luego, podremos proteger la obra con barniz mate, ya sea en brocha o aerosol, o bien con cera incolora o laca.
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Esperamos que hayáis puesto en práctica todo lo que os hemos explicado a lo largo de estas semanas, o la menos, que os haya resultado interesante y lo pongáis en práctica en un futuro. Por nuestra parte, ha sido un placer poner en vuestro conocimiento todo aquello que necesitáis saber para que vuestros proyectos luzcan de una manera especial.
Para acabar, os dijimos la semana pasada que este "fin de curso" venia con sorpresa. No dejéis de pasaros mañana por aquí o por nuestra página de Facebook, dónde os desvelaremos el secreto. 
Os esperamos!!

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